jueves, 16 de agosto de 2012

Capítulo 24

Está claro que no todo era siempre perfecto. Teníamos nuestras discusiones, como todas las parejas. Sin ir más lejos, la primera y más seria fue después de que se fuera Daniel de la casa.
Seguíamos los dos tumbados en el césped él encima mía y de repente paró de besarme y se separó de mí de golpe.
-¿Por qué lo has hecho?
-¿El qué?
-Iba hacia la puerta a hablar con tu padre, me has parado y me has empezado a besar. No deberías haberlo hecho.
-No podía dejarte salir así.
-¡¿Qué más te da cómo salga?!
-¡Pues si me da! ¿Y si te pasa cualquier cosa?
-No entiendes que no me iba a pasar nada... no lo entiendes. 
-¿Pero no ves que lo que ese hombre quiere es que le pegues para tener motivos para denunciarte?
-¿Pero no entiendes que me da igual? ¡Que no puedo ver cómo te trata!
-¡Pero a mí ya me da igual!
-Pues a mí no. Y no lo pienso permitir, y la próxima vez que le vea, le partiré la cara.

-La próxima vez que le veas no le vas a hacer nada.
-¿Y cómo piensas impedirlo?
-Porque antes de tocarle a él me tendrás que pegar a mí.
-No te pondrás en medio, Kattherine. No te dejaré.
Kattherine, él nunca me llamaba así. Para él era simplemente Katth, o Katthy, cariño, preciosa, pequeña. Pero nunca Kattherine. ¿Tanto le había molestado todo esto?
-¿Pero no ves que es esto lo que él quiere? ¿Que no paremos de discutir?
-Pues a lo mejor lo ha conseguido.
-¿Qué ha conseguido?
-Que esto se quede aquí.
Me quedé mirándole incrédula. Osea que definitivamente me había utilizado. Le vi irse dirección al lago y yo me metí para la casa. Subí a la planta de arriba y me encerré en el baño. Me puse a llorar por haber sido tan tonta. Me quité la cadena con la M y la tiré al otro lado del baño. Decidí bajar, hacer la maleta y llamar a su padre para que viniera por mí. Quizá aún estaba Daniel en la puerta. Estaba dispuesta a irme con él.
Quité el cerrojo y abrí la puerta. Recordé el colgante y lo recogí. Bajé las escaleras y entré en la habitación. Me quité el bikini de su hermana, dejé el colgante encima de la mesilla con todo lo demás. Me puse mi ropa, lo recogí todo y cerré la maleta.
Tenía el móvil en la mano para llamar a su padre cuando apareció Mille por la puerta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario