miércoles, 25 de julio de 2012

Capítulo 11

Según le iba contando a Mille la historia, notaba cómo su cara se iba entristeciendo. A pesar de ello no me soltó la mano en ningún momento. No sé si entendió que yo no quería, supongo que sí, porque al terminar me dio un beso en la frente y un gran abrazo.
-No te preocupes, pequeña. Sé que no fue tu intención y que no reaccionaste a tiempo. También sé que no tienes por qué darme explicaciones, porque al fin y al cabo tú y yo no somos nada. Pero el hecho de que te sientas mal conmigo por eso me hace pensar que para ti esto es importante. He de aclararte, que tú también eres muy importante para mí. Esta mañana cuando ha pasado eso sólo nos habíamos besado un par de veces y tampoco habíamos hablado de lo que iba a pasar entre nosotros. De hecho, si había quedado contigo esta tarde era para hablar de ello. No te preocupes, pequeña. Está todo bien.
-¿Y qué era lo que ibas a decirme de esto? Bueno, antes de que hables, quiero que sepas una cosa. Sé que lo sabes, pero aún así te lo quiero explicar yo. Eres más mayor que yo, me sacas 3 años. Yo a tu lado parezco una niña de cuatro años.
-Pero...
-No me interrumpas, por favor. Yo a tu lado parezco una niña. Ahora mismo esta diferencia se nota muchísimo. Sabes que yo no voy a ser ni la mitad de suelta que las niñas de tu edad. Que no voy a ser una novia adulta, si no la cría que aún soy. Sé lo que siento por ti. Y te juro que cada vez que te veo, no sé de dónde sacan fuerza mis piernas para seguir en el sitio con el temblor que se traen siempre. Me encantas, Mille. Nunca había estado así con una persona. No quiero que esto se enfríe por la diferencia de edad, pero tenías que saberlo aún así.
-Pero a mí me da igual la edad que tengas, me da igual lo que puedan opinar los demás, me da igual que parezcas una cría a mi lado, me da igual que no vayas a ser como las niñas de mi edad. Y escúchame bien. Si te quiero a ti, es porque prefiero estar con una chica tan maravillosa como tú antes que con una puta de mi edad que a la que me de la vuelta ya me haya puesto los cuernos.
Me besó. Como nunca nadie me había besado, más intenso y dulce que el beso anterior. En ese momento me di cuenta de que estaba completamente perdida con él. No podía resistirme a él. No era capaz de separarme de él. Aún seguía cogiendo mi mano.
Cuando se separó, apoyó la cabeza sobre la mía y pude ver esos ojos verdes que tanto me gustaban.
-Sólo te pediré una cosa.- Añadió.-No quiero verte cerca de Christian. Ese chico no me gusta y sé que se trama algo. Y si es verdad que tiene algo contra ti, también lo va a tener contra mí. Prefiero mil veces que me hagan daño a mí antes que a ti.
Me volvió a abrazar y empecé a llorar como una niña tonta. Pero esta vez era de la más absoluta felicidad que me recorría todo el cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario