martes, 24 de julio de 2012

Capítulo 9

Me tiré todas y cada una de las clases de la mañana esperando a que llegara la hora para irme con Mille. No somos novios, o eso creo. No sé. Es muy difícil saberlo. Ahora mismo me quedan dos minutos para que toque el timbre y ponerme a limpiar durante toda la séptima hora. 
No he sabido nada de Christian desde que le he partido la nariz esta mañana. La tutora ha dicho que estaba en la enfermería. Joder, creo que me he pasado...No, que se joda. Un minuto.
-Y para mañana quiero que hagáis... Señorita Jones, ¿se encuentra bien?
Dios, cierto. Sigo en clase.
-Sí, perdón.
-Ya, pues tú deberás hacer el doble de deberes que el resto de la clase, por no haber atendido en clase.
RIIIIIINNNGGG!
Joder, una hora, sólo una hora para estar con él. Ya haré los deberes por la noche.
-Hasta mañana, chicos.
Recogí mis cosas y salí de clase. A la salida estaba el grupo de Matt, Tábata y Úrsula. Ni ellos me miraron, ni yo quise saber nada de ellos, pero oí un trozo de conversación.
-...encontrado tirado en el suelo del baño sangrando. Dice que le ha pegado un tal Mille de segundo de bachillerato.
-¿Y él se ha dejado pegar? Cada día es más blandengue, no sé por qué estoy con él. -Osea que Christian  sale con Tábata... ¿saldrán también Matt y Úrsula juntos?
-Ese Mille recibirá lo suyo cuando Christian se recupere, Tábata. No lo dudes.
No puede ser. Tengo que hablar con Mille. Pero tengo que ir al despacho del señor Wood. 
Al cabo de un rato decido que lo mejor será empezar mi castigo, ya hablaré con Mille al rato.
Cuando estoy terminando de limpiar oigo que unos pasos se dirigen hacia mí, muy rápido. Me giró corriendo y sin saber cómo me choco contra la pizarra de la clase.
Cuando levanto la cabeza veo a Christian, con una gasa en la nariz y con cara de estar muy enfadado.
-Vaya, veo que aún no te has muerto.
-No te hagas la graciosa, niñata. Esta me la vas a pagar. Quieras o no.
-Sí, y por eso es más fácil echarle la culpa a Mille que contar la verdad, ¿no? ¿Quién es aquí el niñato?
-No me tientes, niña. No me tientes.
-Venga, pégame. Lo estás deseando. Devuélvemela. Házmela pagar.
-No voy a pegar a una piva.Te la voy a hacer pagar de cualquier otra forma que te duela más. Mucho más.
Cada vez se me iba acercando más. Se le veía muy cabreado.
-No te tengo miedo, Christian.
-Pues deberías. No sabes de lo que soy capaz con tal de vengarme.
Y más cerca.
-Claro. Y de venganza, ¿qué vas a hacerme? ¿Vas a besarme?
-Nunca te fíes de alguien que está muy cabreado. No se sabe por dónde saldrá.
Más cerca. Sentía su respiración, lenta pero intensa junto a mí. Me sacaba una cabeza y su media melena me llegaba a los ojos ahora mismo. Me empecé a echar para atrás hasta que topé con la pizarra y él se empezó a echar para adelante. 
-Ya deberías de saber qué pasa cuando te acercas mucho.
-Esta vez no va a pasar lo mismo.
Más cerca. Estábamos casi pegados.
-¿Qué quieres?
-Es curioso, porque no lo sé ni yo.

De repente me empieza a besar. Es todo lo contrario a Mille. Es agrio, pero suave. Me gusta.
Se separa y me cuesta que mi respiración vuelva a ser normal.
-¿Interrumpo algo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario